Martes 26 de Julio de 2022

Martes de la 17° Semana durante el año

Santos Joaquín y Ana, padres de la bienaventurada Virgen María

26 de julio

Santos Joaquín y Ana
padres de la Virgen María

Memoria

Su nombre sobrevive a través de las generaciones

Lectura del libro del Eclesiástico 44, 1. 9-15

Elogiemos a los hombres ilustres,
a los antepasados de nuestra raza.
Porque hay otros que cayeron en el olvido
y desaparecieron como si no hubieran existido;
pasaron como si no hubieran nacido,
igual que sus hijos después de ellos.
No sucede así con aquéllos, los hombres de bien,
cuyas obras de justicia no han sido olvidadas.
Con su descendencia se perpetúa
la rica herencia que procede de ellos.
Su descendencia fue fiel a las alianzas
y también sus nietos, gracias a ellos.
Su descendencia permanecerá para siempre,
y su gloria no se extinguirá.

Sus cuerpos fueron sepultados en paz,
y su nombre sobrevive a través de las generaciones.
Los pueblos proclaman su sabiduría,
y la asamblea anuncia su alabanza.

Palabra de Dios.


SALMO RESPONSORIAL 131, 11. 13-14. 17-18

R. El Señor le dará el trono de David, su padre.

El Señor hizo un juramento a David,
una firme promesa, de la que no se retractará:
«Yo pondré sobre tu trono
a uno de tus descendientes». R.

Porque el Señor eligió a Sión,
y la deseó para que fuera su Morada.
«Este es mi Reposo para siempre;
aquí habitaré, porque lo he deseado. R.

Allí haré germinar el poder de David:
Yo preparé una lámpara para mi Ungido.
Cubriré de vergüenza a sus enemigos
y su insignia real florecerá sobre él». R.


ALELUIA Cf. Lc 2, 25c

Aleluia.
Esperaban el consuelo de Israel,
y el Espíritu Santo estaba en ellos.
Aleluia.

EVANGELIO

Muchos profetas y justos desearon ver
lo que ustedes ven

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo
según san Mateo


13, 16-17

Jesús dijo a sus discípulos:
Felices los ojos de ustedes, porque ven; felices sus oídos, porque oyen. Les aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que ustedes ven y no lo vieron; oír lo que ustedes oyen, y no lo oyeron.

Palabra del Señor.




o de la feria:

Acuérdate, Señor, no rompas tu Alianza con nosotros

Lectura del libro de Jeremías 14, 17-22

Que mis ojos se deshagan en lágrimas,
día y noche, sin cesar,
porque la virgen hija de mi pueblo
ha sufrido un gran quebranto,
una llaga incurable.
Si salgo al campo abierto,
veo las víctimas de la espada;
si entro en la ciudad,
veo los sufrimientos del hambre.
Sí, hasta el profeta y el sacerdote
recorren el país y no logran comprender.

¿Has rechazado del todo a Judá?
¿Estás disgustado con Sión?
¿Por qué nos has herido sin remedio?
Se esperaba la paz, ¡y no hay nada bueno...!
el tiempo de la curación, ¡y sobrevino el espanto!
Reconocemos, Señor, nuestra maldad,
la iniquidad de nuestros padres,
porque hemos pecado contra ti.
A causa de tu Nombre, no desprecies,
no envilezcas el trono de tu Gloria:
¡acuérdate, no rompas tu Alianza con nosotros!
Entre los ídolos de las naciones,
¿hay alguien que haga llover?
¿Es el cielo el que envía los chaparrones?
¿No eres Tú, Señor, nuestro Dios?
Nosotros esperamos en ti,
porque eres Tú el que has hecho todo esto.

Palabra de Dios.


SALMO RESPONSORIAL 78, 8-9. 11. 13

R. ¡Por el honor de tu Nombre, líbranos Señor!

No recuerdes para nuestro mal
las culpas de otros tiempos;
compadécete pronto de nosotros,
porque estamos totalmente abatidos. R.

Ayúdanos, Dios salvador nuestro,
por el honor de tu Nombre;
líbranos y perdona nuestros pecados,
a causa de tu Nombre. R.

Llegue hasta tu presencia
el lamento de los cautivos,
preserva con tu brazo poderoso
a los que están condenados a muerte. R.

Y nosotros, que somos tu Pueblo
y las ovejas de tu rebaño,
te daremos gracias para siempre,
y cantaremos tus alabanzas por todas las generaciones. R.


ALELUIA

Aleluia.
La semilla es la Palabra de Dios,
el sembrador es Cristo;
el que lo encuentra permanece para siempre.
Aleluia.

EVANGELIO

Así como se arranca la cizaña y se la quema en el fuego,
de la misma manera sucederá al fin del mundo

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo
según san Mateo


13, 36-43

Dejando a la multitud, Jesús regresó a la casa; sus discípulos se acercaron y le dijeron: «Explícanos la parábola de la cizaña en el campo».
Él les respondió: «El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los que pertenecen al Reino; la cizaña son los que pertenecen al Maligno, y el enemigo que la siembra es el demonio; la cosecha es el fin del mundo y los cosechadores son los ángeles.
Así como se arranca la cizaña y se la quema en el fuego, de la misma manera sucederá al fin del mundo. El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y estos quitarán de su Reino todos los escándalos y a los que hicieron el mal, y los arrojarán en el horno ardiente: allí habrá llanto y rechinar de dientes. Entonces los justos resplandecerán como el sol en el Reino de su Padre.
¡El que tenga oídos, que oiga!»

Palabra del Señor.




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